Desde el día que nació Nerea han pasado ya casi 11 años, el próximo Enero los cumplirá, han sido 10 años de esfuerzos, trabajo duro y amor muchísimo amor.
Cada pequeño avance era un esfuerzo pero motivo de una gran satisfacción, lo que para cualquier niño es algo natural para Nerea significaba todo un reto, pero su constancia,que es un ejemplo para todos nosotros, ha estado siempre presente en lo que ha querido hacer y ha hecho, a pesar de todo su sonrisa jamás ha abandonado su cara.
Tras muchos ir y venir a los médicos, ya sean de familia o especialistas y por la insistencia de su madre detectaron que había un problema de audición, esto para nosotros era un problema añadido, para Nerea no. Su madre realizó un curso de lengua de signos y Nerea lo aprende con rapidez, su facilidad para hacerse entender es impresionante y su sociabilidad increible, actualmente cursa primaria en un colegio normal donde tiene profesores de apoyo y adaptación curricular.
Le gusta todo lo que está relacionado con el ejercicio físico, desde muy pequeña aprendió a bailar el hula-hop, cualquiera de nosotros tras intentarlo unas pocas veces dejamos de insistir, ella por el contrario cuando se le caia, se agachaba lo coge y vuelta a empezar, eso una y otra vez, el resultado es que lo baila mejor que cualquier niño de su centro y los alrededores, no tiene rival. Le encanta la gimnasia y bailar, desde muy pequeña ha asistido a clases de ballet clásico, gimnasia rítmica y batuka, le gusta sentirse la protagonista del momento.
Hace casi 2 años y por sorpresa llegó Aroa, nació sin ningún problema todo lo contrario, no deja de sorprendernos cada día con sus avances, se comunica con su hermana con lengua de signos al mismo tiempo que aprende a hablar, para su edad maneja un vocabulario de lo más extenso, cuando están juntas llenan nuestro espacio con sus juegos, algunas veces es agotador, pero muy satisfactorio, pues Nerea se siente mayor y responsable, a ratos, de su hermana.
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